La playa de Altafulla es muy atractiva por la calidad de su arena fina y dorada. Tiene una longitud de 1100 m y dispone de servicios de socorrismo. En el extremo meridional se encuentra el Castillo de Tamarit.
En el Club Marítimo de Altafulla se practican diferentes modalidades de deportes náuticos, siendo la vela la más destacada.
El Paseo Marítimo, tiene sus orígenes en el siglo XVIII cuando pescadores y comerciantes de la zona tenian pequeños almacenes alineados delante de la arena para guardar utensilios y productos destinados a las colonias de ultramar.
La Vila Closa es el nucleo medieval amurallado del pueblo de Altafulla. Sus casas se erigieron en el siglo XVIII gracias a la prosperidad que proporcionaba la exportación de productos vitivinícolas hacia las colonias americanas. En el año 1998 la Generalitat de Catalunya declaró este conjunto historico-artístico, bien cultural de interés nacional.
Detrás del pueblo de Altafulla y sobre una colina se encuentra la ermita de St. Antoni.